• sábado 20 de abril de 2024 - 9:04 AM

El cinco de mayo no será un día cualquiera

Con nuestro voto vamos a decir qué Panamá deseamos

¿Se acuerdan de los momentos angustiosos que se vivieron antes, durante y después de las elecciones del 7 de mayo de 1989? En aquella época era el continuismo de Noriega con su partido títere o el surgimiento de un gobierno democrático y civilista. Me tocó estar en el centro del huracán donde el desasosiego, la zozobra y la ansiedad se apoderaron de mí. Era parte importante de la campaña y dentro de mis aportaciones estuvo aquel grito de guerra de... “¡Los vamos a ahogar!”, de la inmortal Eufemia Williams. En esos tiempos había mucho temor por el resultado de ese proceso y por lo que pudieran hacer los que tenían a Panamá como una hacienda personal. Sin asco, los militares y su partito títere se paseaban en carros oficiales haciendo política. No les importaron las leyes electorales. ¡Aquí se hacía lo que ellos decidían, con razón o sin ella! Hoy, hay un panorama con matices similares. Aquellos que conocieron a Noriega pueden dar fe del autoritarismo y de cómo este ciudadano arrastró la imagen de Panamá haciendo que propios y extraños se rieran de nosotros.

Este cinco de mayo no es un día cualquiera. Con nuestro voto vamos a decir qué Panamá deseamos. Percibo que hay algunos rasgos similares entre el loco y Noriega. El primero manejó a Panamá a su antojo. Compró la conciencia de varios diputados. Regaló el dinero de todos para que los más allegados lo tuvieran a montó para hacer obras y marcarán el camino del triunfo de quien fuera el candidato del loco. No puedo esconder las grandes obras que se hicieron, como tampoco los precios dudosos. Ayer, en un salón de clases, pregunté a los estudiantes si conocían los casos negativos y positivos de Ricardo Alberto Martinelli. Me sorprendí al conocer que no sabían, ni lo uno, ni lo otro. Cuando fueron leyendo el tema de la compra de EPASA; el apartamento de uno de los hijos en Madrid, cuyo precio superaba los 3 millones de dólares; las autorizaciones para que guardias de la policía civil le dieron seguimiento a una amiga especial que tenía en España; el tema de las grandes coimas dadas por Odrebrecht; la reclusión en una cárcel de Estados Unidos; cómo sus hijos confesaron las bajezas a las que fueron inducidos por si progenitor, etc., etc. Después de este proceso se podía notar el asombro y la perplejidad de los estudiantes.

Reitero, el cinco de mayo no es un día cualquiera. Lo que más me llama la atención es que los indecisos y los acostumbrados al abstencionismo están disminuyendo y ellos serán los encargados de poner al nuevo presidente de Panamá. Según las cifras, en las elecciones de 2019, el abstencionismo superó las 700 mil personas y Cortizo ganó con 653, 432. Si ese ejército de ciudadanos sale en masa a votar los resultados dejarán a muchos con la boca abierta. Repito, mi ADN me impide votar por aquellos que percibo, quieren llegar a la presidencia para continuar con el estado desastroso en que se encuentra mi Panamá. En estos momentos apelo al espíritu de Eufemia Williams para que el 5 de mayo repitamos... ¡Vamos a ahogar a los corruptos; vamos a sepultar con votos esos comportamientos gansteriles de algunos! Abrazos y feliz sábado.

DOCENTE UNIVERSITARIO

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